miércoles, junio 11, 2008

DE SOBRENOMBRES Y OTRAS COSAS

Cuando estaba –pasando un rato, imposible decir estudiando- en enseñanza media. Nos habían echado de la sala en la primera clase del año, del ramo de Química. La profe no me quería desde el año anterior cuando trató de quitarme por la fuerza, un cd walkman, que me habían regalado. Me negué y se lo saqué de la cartera de ella, me gané una semana de suspensión.
Conversando de nada y haciendo como que leíamos, pasábamos el rato. Al poco tiempo después, llegaron dos notables personajes del curso del lado, “CAREGALLO” y “EL CHAMPI”. El tercero medio al que ellos pertenecían estaba en clases de Educación Física, y a ellos los habían echado de la clase por haberse -“tirado un pe’o terrible de fuerte” se oyó en todo el gimnasio, -así que, al no confesar la autoría, los echaron y esperaban sentencia-. Seguíamos en esa onda cuando, nos echaron de la biblioteca y unos pusimos a conversar en unas bancas a orillas de la cancha…
Sonó el timbre, por el cambio de hora, y empezó a desfilar medio liceo, por el patio y es cuando empieza la parte más memorable: El primero en aparecer, un compañero de ellos que parapléjico, venía llegando atrasado obviamente él no hacía clases con el resto del curso y recién se había cortado el pelo al rape, inmediatamente reaccionaron y casi al unísono -El profesor X, cuídate de su mente - las risas fueron explosivas y en coro, -incesantes por cierto-. Siguió tras ese, un tipo flaco, muy alto, y de equina sonrisa, de apellido Aspillaga; dos días después era rebautizado como, -“Aspiyegua”.
Nosotros aportábamos con –“La muñeca de 500”; una compañera que por unas hormonas que tomaba, sólo tenía mechones de pelo. Además estaba Mario, que era un rapero que iba con jardinera a hacer tareas, el año anterior, había llegado con jockey rojo y unos feísimos bigotes: Mario Bross.
Si bien, en ese momento los sobrenombres, no nos parecían tan malditos, sabíamos que no estaba bien y que era bastante injusto. De todas formas, estos tipos pasaron toda su enseñanza media con los míticos sobrenombres, por nombrar otros; estaba “El Mono de Goma” (lo apretaban y sonaba) un día en que estábamos todos atochados por salir de una exposición se le escapó un gas sonoro; “Roswell”; simplemente se parecía a uno de esos extraterrestres del video autopsia; “Aristórtola”, un profe de filosofía con estrabismo; “La Barbie”, linda y preciosa, pero terrible de hueca; “Donkey Kong” era igual al personaje antedicho.
No sé si alguien se adjudicó alguna vez la autoría, de los mismos, pero ni hablar, era notable. Así fue como en una de mis últimas idas a un pub, un amigo se acordaba que hace poco en la disco, había enganchado con una chica, de muy buena presencia. La cual pasó la noche en casa de él, y luego, la noche siguiente repitieron la escena, y asimismo el fin de semana siguiente. Lo pasaron increíble, incluso llegó a pensar de que eso duraría algo más, hasta que, le contó a un primo, cuando le dijo el nombre de ella, él respondió –te metiste con “La Hoyo con Moco”- en ese mismo momento mi amigo preguntó la razón, y obvio, es terrible de promiscua.
La conclusión de todos los que estábamos en ese pub, -fue que lejos, ese era el peor sin duda alguna, el peor sobrenombre que hubiéramos escuchado, pararon las risas casi sintiendonos culpables, hasta que sonó el celular de mi amigo… lo miró y dijo –“La hoyo con moco”- y nos volvimos a reír.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo también conocí un Mario Bross, el chiste que era una compañera super bigotuda.

Me pasé un buen rato en tu blog, saludos