Desde la semana pasada voy al Gimnasio; con el fin de recuperar la mínima condición física que tenía hasta un par de meses atrás. El ir, no me sale caro, y al contrario de lo que se puede pensar el ambiente es bastante grato, a pesar de lo económico del lugar. Pues bien, estaba yo, mi sufrimiento y mis piernas, tratando de resistir la rutina de la bicicleta, cuando apareció un típico fortachón. De esos, a los que uno tiende a tratar de cabeza de músculos y esas hierbas; y empezó a ayudar a los que hacían pesas. Me llamó poderosamente la atención, que a todos trataba de hermanito (a).- Siguió pasando el tiempo, y yo cada vez me sentía más agotado, pero aún arriba de la maldita bicicleta, luchando por resistir. A mi lado, Mr. Músculo, se sube en la otra bicicleta, después de un rato empezamos a conversar.
Hablamos obviamente de los ejercicios, y cosas como esas, me preguntó que era lo que yo hacía, yo le expliqué y me dio un breve relato de su vida… “llegué a San Fernando hace cuatro meses, estoy trabajando en lo de la hidroeléctrica, hago estructuras metálicas, tengo 24 años, etc…” Me preguntó luego sobre como llegar a unas poblaciones, de acá y ahí fue donde nació mi nueva pregunta…
G - ¿de dónde eres tu?
Mr M - del sur, de Concepción.
G - ¿y a que viniste pa acá, si acá el trabajo es re-malo?
Mr M – Es que…
Dudó bastante en responderme, trató de no hacerlo, pero yo insistí, a lo que respondió.
Mr M – me vine para olvidarme… y por unos ata’os que tuve, con unos locos de allá
G - ¿eran flaites?
Mr M – No, eran mis amigos, si también eran flaites… Pero eran muy volaos y yo quiero alejarme del vicio pa siempre del vicio, por que uno termina mandándose puras kagás…
Así me fui a otra maquina a hacer una rutina, pero seguimos conversando, a ratos, finalmente me contó lo que le había pasado…
Mr. Músculo, era adicto a la pasta base, además de tirarse cuanta sustancia le ofrecieran, fue así como en uno de sus carretes y producto de la angustia. Él y sus “amigos” pistola en mano, asaltaron un camión repartidor de gas. Lo peor no fue que lo hicieran esa vez, sino, que empezaron a asaltar, a quien se les cruzara durante casi dos meses. En una de las suyas, a uno de sus socios, lo agarró un tipo y a fierrazos, lo dejó inconsciente. Mr. Músculo se devolvió para tratar de rescatar a su socio, pero también recibió lo suyo. De eso sólo recuerda haber despertado en una celda, todo moreteado, con la cabeza sangrando. Lo llevaron a un hospital, y ahí se enteró de que su “socio” estaba agonizando producto de los fierrazos… Mr Músculo, recién había cumplido 18 años, y pasó 5 años encerrado, en esos pa ganarle a la inercia se puso a hacer ejercicios, y aprendió a soldar. Su amigo, falleció hace un año y algo más, alucinando con sustancias se tiró a la carretera y un camión lo atropelló y murió, al instante.
Mr. Músculo, ahora tiene vida y cosas que contar, aunque reconoce que se mandó tremendos cagazos.
Hablamos obviamente de los ejercicios, y cosas como esas, me preguntó que era lo que yo hacía, yo le expliqué y me dio un breve relato de su vida… “llegué a San Fernando hace cuatro meses, estoy trabajando en lo de la hidroeléctrica, hago estructuras metálicas, tengo 24 años, etc…” Me preguntó luego sobre como llegar a unas poblaciones, de acá y ahí fue donde nació mi nueva pregunta…
G - ¿de dónde eres tu?
Mr M - del sur, de Concepción.
G - ¿y a que viniste pa acá, si acá el trabajo es re-malo?
Mr M – Es que…
Dudó bastante en responderme, trató de no hacerlo, pero yo insistí, a lo que respondió.
Mr M – me vine para olvidarme… y por unos ata’os que tuve, con unos locos de allá
G - ¿eran flaites?
Mr M – No, eran mis amigos, si también eran flaites… Pero eran muy volaos y yo quiero alejarme del vicio pa siempre del vicio, por que uno termina mandándose puras kagás…
Así me fui a otra maquina a hacer una rutina, pero seguimos conversando, a ratos, finalmente me contó lo que le había pasado…
Mr. Músculo, era adicto a la pasta base, además de tirarse cuanta sustancia le ofrecieran, fue así como en uno de sus carretes y producto de la angustia. Él y sus “amigos” pistola en mano, asaltaron un camión repartidor de gas. Lo peor no fue que lo hicieran esa vez, sino, que empezaron a asaltar, a quien se les cruzara durante casi dos meses. En una de las suyas, a uno de sus socios, lo agarró un tipo y a fierrazos, lo dejó inconsciente. Mr. Músculo se devolvió para tratar de rescatar a su socio, pero también recibió lo suyo. De eso sólo recuerda haber despertado en una celda, todo moreteado, con la cabeza sangrando. Lo llevaron a un hospital, y ahí se enteró de que su “socio” estaba agonizando producto de los fierrazos… Mr Músculo, recién había cumplido 18 años, y pasó 5 años encerrado, en esos pa ganarle a la inercia se puso a hacer ejercicios, y aprendió a soldar. Su amigo, falleció hace un año y algo más, alucinando con sustancias se tiró a la carretera y un camión lo atropelló y murió, al instante.
Mr. Músculo, ahora tiene vida y cosas que contar, aunque reconoce que se mandó tremendos cagazos.
Es imposible, no publicar esto en este espacio, por que son cosas que de una u otra forma, se acercan a uno. Cuantas veces por hacer las cosas fáciles, terminamos haciendo una cagada más grande.